En la sociedad globalizada de estos tiempos modernos
en los que vivimos, cada uno de nosotros está inevitablemente expuesto a un
contacto continuo con diversas comunidades y culturas del planeta. Gracias al
fenómeno de la inmigración que llena el barrio de sabores exóticos, los medios de comunicación que nos abren una
ventana al mundo, navegar por el universo online de Internet, los amigos
virtuales de las redes sociales, los colegas internacionales de la empresa, las
becas de movilidad académicas, las vacaciones por el mundo en vuelo lowcost, la emigración más o menos forzada que nos
manda lejos de casa para superar la crisis… somos una sociedad abierta y en
continua interacción con el resto del mundo. Interacción que requiere un idioma
común, el inglés.
Ya no cabe duda de que el inglés es el idioma
que nos va devolviendo al estado de mutuo entendimiento entre pueblos del que
disfrutábamos antes de subir a Babel. Nuestros retoños necesitan adquirir una
destreza prácticamente bilingüe del idioma inglés para poder ser competentes en
la sociedad internacional de la que forman parte. Por eso la educación bilingüe
está cada vez más extendida y goza de creciente popularidad.
Por lo tanto parecen evidentes las ventajas
del bilingüismo en una sociedad donde el inglés se está imponiendo como la
lengua de las lenguas. Pero además de
las ventajas comunicativas de ser bilingüe, diversos estudios están concluyendo
que las mentes bilingües son mentes más despiertas, más flexibles, más
inteligentes, con más capacidad de adaptación…en fin, que el ser bilingüe
significa estar mejor capacitado lingüísticamente y en muchos aspectos
mentalmente.
El New York Times publicó un artículo el
pasado marzo en el que se explica cómo en los distintos estudios realizados,
los niños bilingües se muestran más rápidos resolviendo problemas, tiene mayor
capacidad de atención y son más eficientes. Además se está llegando a la
conclusión de que la mente bilingüe es una mente más resistente y con menor
probabilidad de padecer enfermedades como la demencia o el Alzheimer.
La apuesta por el bilingüismo es una apuesta,
por tanto, porque nuestras nuevas generaciones se comuniquen con total
competencia lingüística en el cada vez más abierto mundo y además adquieran una
destreza mental que les permita estar más preparados para los desafíos de esta
sociedad cada vez más globalizada.